Una de las cosas que un ingeniero disfruta (o debería) es solucionar problemas, es una actividad naturalmente atractiva para quienes deciden dedicarse a esta fina profesión. Esa misma curiosidad nos hace constantemente buscar otros desafíos.
Particularmente, en el desarrollo de software, buscar soluciones a problemas pequeños es una constante que usualmente nos mantiene entretenidos y ocupados sin embargo, es común que nos bloqueemos al grado de no querer continuar con nuestro trabajo, una especia de «Sindrome de bloqueo del escritor»
¿Por qué perdemos el interés en la tarea actual, el proyecto o a veces nuestro empleo?
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