Ya desde hace años me había prometido no meterme en lo que no me importa, por salud mental y tranquilidad. Esto obviamente incluía una muy entretenida (para mi) pero molesta actividad que era corregir a otros o dar mi punto de vista donde no necesariamente era requerido, o solicitado. Una de esas actividades era hacer correcciones de información en redes sociales, por ejemplo, de información falsa, hoaxes, notas amarillistas, etc. Supongo que en algún punto maduré y entendí que, bueno, no puede uno solo cambiar al mundo entero y preferí no meterme en lo ajeno, si alguien quiere mantenerse desinformado pero sobretodo, fomentar la desinformación, bueno, ese sería un problema propiamente individual y no mio. Sin embargo, al parecer, mi racha de estar «limpio» de este vicio que era corregir y comentar llegó a su fin la semana pasada, aunque la causa fue muy diferente a situaciones anteriores y los (inesperados por cierto) resultados bastante interesantes.
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