Recientemente he estado involucrado en el proceso de evaluación de candidatos postulados en la empresa, particularmente para mi equipo. Esto es común en compañías del giro ya que al final del día estos potenciales ingenieros trabajaran conmigo, bajo mi tutela.
Entrevistar y analizar el perfil profesional (y personal) de una persona no es nada fácil, mucho menos averiguar sus aptitudes y habilidades técnicas, sin embargo, existe algo que no miente: la experiencia.
Seguido me encuentro con posts a favor ( y en contra) de la relevancia de la experiencia laboral, por ejemplo, hoy con este:
Y estoy de acuerdo.
Por alguna extraña razón, tomamos las credenciales de un médico, abogado, periodista, historiador, chef por hecho, es decir, si cualquiera de estos perfiles tiene una larga carrera profesional probada éxitosa normalmente no los ponemos a escrutinio. No me visualizo llegando a un consultorio preguntandole a un Médico de 40 años de edad lo siguiente:
Oiga, pero antes de que me atienda nada mas quiero que me diga la diferencia entre una infección viral y una bacteriana…
Lo más probable que suceda es que me pida de manera diplomática que me vaya, en el peor de los casos me den una patada en el trasero. Creo que lo mismo sucedería con un abogado al cual le pida que me explique la diferencia entre un juzgado civil y uno penal. ¿Por qué lo hacemos entonces con los ingenieros?
Dichas situaciones me recuerdan siempre la escena de «Mr Wolf» de Pulp Fiction, aquel personaje extraño que llega a ayudar a Vincent y a Jules indicandoles cosas que parecerían obvias e innecesarias:
I solve problems.
Mr Wolf
Partimos del hecho de que un profesionista con tantos años de experiencia está en un lugar para solucionar problemas o cumplir entregables, escencialmente.
Es un hecho que para quien tiene poco tiempo desempeñandose en el área es imperativo realizarle examenes técnicos para evaluar su capacidad, pero, en el caso de individuos con una carrera comprobable me parece a veces hasta irrespetuoso hacerlo. Algunos empleos requieren procesos, otros se cierran con charlas y tragos.
No, no podemos evaluar a todos de la misma manera. Que quienes han estado en la industria por bastante tiempo sabemos por las arrugas, las canas o la falta de cabello lo que nos ha costado, pero lo más importante, lo que se ha entregado y su calidad habla por nosotros.
Sugiero que la próxima vez que esté en sus manos entrevistar a un desarrollador de software con 10 años de experiencia se salten el «FizzBuzz» y aprovechen los 30 minutos para hablar de tendencias, opiniones personales y sobre todo estrategias utilizadas para resolver problemas en proyectos pasados.
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