Si algo ha caracterizado el nuevo milenio (que son apenas unos 20 tantos años) es el fenómeno del «FOMO» o el Fear Of Missing Out, es decir, el miedo a quedarse fuera de una tendencia o perder nuestro factor Cool por no estar al día con las tendencias, sea cual sea el tema. En el caso de las criptomonedas, aunque nadie las entiende, todos quieren una tajada y la razón es muy simple y parte troncal de las necesidades materiales básicas del ser humano: hacer dinero fácil.
Si dijera que «no creo» en las criptomonedas estaría mintiendo porque: a) Alguna vez compré (o invertí como dicen los payasos) y b) Estaría negando algo que efectivamente existe. Lo que sí creo es que estos instrumentos financieros no regulados (porque eso es lo que son) son pura especulación.
Pero no estoy aquí para hablar de la banalidad y poca utilidad de las criptomonedas o peor aun, de los NFT ‘s y la falacia de la Web3. Eso lo dejaré para otro post.
De lo que quisiera hablar hoy es de mis colegas, personas que trabajan en la industria de la tecnología y que han sido seducidos por el blockchain y la promesa de volverse millonario de la noche a la mañana o, simplemente, ser pionero en alguna empresa donde se está apostando por esta tecnología.
Estas últimas semanas las principales criptomonedas se han desplomado. ¿La razón? Los mercados financieros regulados y el dinero «fiat» han tenido malos momentos y en general hay una desaceleración económica en los principales mercados aunado a otros factores como la guerra en Ucrania, el impacto de los energéticos y la subida de precio de los combustibles y materias primas.
Lo anterior vuelve a confirmar que la famosa «descentralización e independencia» de las criptomonedas es una farsa y que al final del día lo que nos permita adquirir bienes en el mundo real es lo que le da valor a algo.
Debido a estas caídas de los mercados, tanto de los «tradicionales» como de los «exchange» de criptomonedas, muchas de estas empresas dedicadas 100% a dichas tecnologías han tenido despidos masivos como el caso de coinbase, el exchange probablemente más grande, que despidió alrededor de 1000 empleados en los últimos días.
Si bien se respeta que cada uno de mis colegas tome las decisiones que les plazcan, incluyendo donde trabajar, me parece curioso que, entendiendo la tecnología, muchos no se den cuenta del gran riesgo que corren en trabajar en dichas empresas. Claro es que cualquier industria tiene sus riesgos, pero cuando los cimientos del negocio están basados en algo que se sabe es pura especulación, la apuesta es grande, muy grande.
Si me dieran 1 dólar por cada oferta de trabajo que me ha llegado para trabajar en alguna de estas empresas me podría comprar un Rib-Eye. Por supuesto que no me da gusto saber de despidos masivos o colegas perdiendo no solo su empleo sino incluso a veces dinero pues parte de sus contratos eran opciones o acciones en dichas empresas.
Quizá por eso prefiero mantenerme trabajando en industrias más estables. Me tacharán de anticuado por no trabajar en estas empresas «disruptivas» pero prefiero arriesgarme en otros aspectos y no en el que me da de comer.
Aunque debo confesar que sí, me encantaría ser un rockstar, pero de esos de guitarra y estadios llenos ¿Los otros trabajando en la industria del blockchain? A esos prefiero llamarles distraídos en el mejor de los casos o avaros, en el peor.
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