Solía haber un tiempo donde tener un blog era estar a la moda. Algo que comenzó como una tendencia similar a la de tomar fotografía. Aquellos que no somos ni escritores ni fotógrafos profesionales pero queríamos aprovechar la accesibilidad que las nuevas tecnologías se nos permitiría transmitir algún mensaje ya sea por medio de texto o con una imágen, según sea el caso. Con la llegada de las redes sociales y el microblogging mantener un blog se volvió realmente una actividad puramente por amor al arte y, aunque pocas personas siguen leyendolos, yo sigo disfrutando escribirlos.
Quienes me conocen en persona saben que aunque no soy una persona que busca socializar soy, sin embargo, bastante adaptable, es decir, creo que puedo mantener una buena y sana conversación con diferentes tipos de personas, pienses igual que yo o no, tengan los mismos gustos o diferentes. Encuentro en el diálogo algo bastante productivo pues siempre se aprende (o se «desaprende») algo. Por otra parte, considerar los diferentes puntos de vista de otras personas enriquece siempre nuestro criterio y nos hace personas más tolerantes, capáces y sobre todo sabias.
Desde pequeño me gustó la lectura y la escritura. Aunque en mi casa no había una biblioteca siempre disfruté lo que teníamos a la mano. Incluso participé en varias ocasiones en concursos de cuentos cortos, fábulas y otros tipos de literatura corta en mis años de escuela primaria y secundaria. Creo que tengo una imaginación bastante amplia y eso combinado con mi capacidad de análisis y lógica me dan ciertas herramientas para poder transmitir mejor un mensaje.
Evidentemente no soy un experto y disto mucho de ser siquiera un escritor amateur. Escribo blogs, tuve algunas columnas en semanarios y periódicos y cosas por el estilo. Nada realmente profesional. Pero encuentro en la actividad de escribir un gran apoyo para ejercitar mi mente y ordenar mis ideas.
A veces he pensado cual es el motivo por el cual le invierto tiempo a esta actividad. Es obvio que la mayoría de los internautas busca el contenido que genera controversia, lo visual, lo morboso. La mayoría de las cosas que escribo pueden parecerles interesantes a un nicho muy, muy pequeño.
Alguna vez, hace ya bastantes años tuve bastante tráfico hacia mi sitio, sobre todo por artículos de opinión sobre temas controversiales. Recuerdo alguna vez haber tenido el «efecto slashdot» o como se conoce hoy, el efecto reddit, cuando escribí sobre la muerte del entonces papa Juan Pablo II. Por alguna razón la BBC, AP y otros medios internacionales decidieron ligar mi historia en sus portales de noticias lo que hizo que mi servidor estuviera temporalmente fuera de línea. Otras publicaciones si bien no causaron el mismo efecto si que promovían bastante tráfico.
Al día de hoy ese tráfico es mínimo, porque como comenté, existen ya otros medios breves y sintetizados con contenido por lo que leer artículos de opinión, sobre todo de un blog, y de un desconocido como yo, se vuelve quizá tedioso. Si a eso le sumamos la primera regla del blogger de enfocarse en un tema entonces tenemos una buena fórmula para el desinterés.
Pero al final del día, me doy cuenta que escribo para mi. La naturaleza de un blog fue precisamente tener un diario o «journal» en línea de nuestras actividades diarias. Y aunque no escribo realmente sobre temas personales si que lo hago sobre temas de mi interés.
Puede parecer entonces que escribir un blog personal ha perdido su utilidad o fin. Mientras que otros pueden verlo de esa manera yo aun lo siento como un hobby. Pero si tuviera que resumir las razones por las cuales recomendaria, a quien gusta de escribir, que mantengan un blog, les diría lo siguiente:
- Permite mantener ejercitada nuestra mente; redactar algo, aunque sea pequeño, nos ayuda a entrenar nuestro cerebro para ser más ágil y elocuente a la hora de transmitir información
- Es parte de nuestro curriculum. Si bien, en mi caso, siendo un blog personal, escribo de muchos temas ajenos a mi profesión, también lo hago sobre la industria. Estos fragmentos de conocimiento pueden a veces decir mucho sobre nuestra experiencia o nuestro enfoque hacía como resolver ciertos problemas. Tanto reclutadores como potenciales socios interesados en nosotros pueden tomar eso como referencia.
- Es una válvula de escape saludable. A mi en lo particular me intrigan muchos temas sociales, de política y de sociología en general. Escribir sobre nuestro sentir y sobre como vemos las cosas y situaciones desde nuestra perspectiva es una actividad que nos permite liberar un poco de estrés y ansiedad.
Pero lo más importante de la actividad de escribir es que es divertida! No hay mejor ejercicio de introspección personal que eso. Incluso quienes hayan asistido a algún tipo de terapia o curso de superación y motivación sabrán que el «101» es precisamente tomar una hoja de papel y lapiz o pluma y escribir. El resultado que tiene esta simple actividad en nuestra salud mental y mejoras en nuestro desarrollo está comprobado científicamente. Así que pues, ha seguir escribiendo!
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