Según cifras del mismo gobierno de hace 4 años, Tijuana era la ciudad con más vehículos por habitante; 500 mil, y eso es, claro, los vehículos legalmente registrados en el padrón vehicular. Y aunque no hay una cifra exacta para los llamados «chocolate», se estima que hay otros 500 mil. Si a esto le sumamos el factor de la pésima infraestructura urbana y la nula planeación de los gobiernos estatales en la explosión demográfica tenemos la receta perfecta para el caos vial que tenemos. Pero hay otro factor importante según mi perspectiva; los teléfonos celulares.
Una de las cosas más frustrantes de las vialidades de Tijuana son los cruceros con semáforos, sobre todo si nos toca dar vuelta. Usualmente el desahogo de un boulevard o calzada principal a una calle adjunta se hace por medio de semáforos que duran si acaso 10 segundos.
He notado estos últimos años que este es un punto crítico para que se hagan largas filas de carros. Si bien el aumento en la población y los vehículos son el principal factor, el uso del teléfono dentro del vehículo por parte del conductor no ayuda. Verán, me explico…
Si un semáforo dura 10 segundos y tengo digamos, 8 vehículos frente a mi esperando dar vuelta, y al menos la mitad de estas personas están en sus teléfonos celulares, para cuando la luz cambia a verde, pasarán al menos un par de segundos en lo que el conductor reacciona y comienza a acelerar.
Lo anterior se vuelve una reacción en cadena donde el resultado es que si en un tiempo promedio de 10 segundos podrían haber dado vuelta unos 20 vehículos por lo menos (considerando la aceleración inicial) esto disminuye considerablemente por el tema de los teléfonos. Peor aun, quienes están detrás de estos conductores aceleran de manera rápida incluso pasándose ya la luz en rojo «robando» segundos del flujo del otro carril.
Mi grado de tolerancia se ha vuelto cero en estas situaciones. Siempre estoy al pendiente del entorno cuando estoy manejando aun cuando esté detenido en un semáforo no solo por lo descrito con anterioridad sino por temas de seguridad así que cuando veo a mi vecino conductor de enfrente en el teléfono, nó me toco el corazón para hacer uso del claxon (o pito, para quienes así lo prefieran) para presionarlos a que reaccionen.
Estoy seguro que si se dejase de usar el teléfono mientras se maneja otro gallo nos cantara.
Amigo conductor, no sea un hijo de puta y deje el pinche aparato en paz mientras conduce, es positivo para desfogar el tráfico y además lo mantiene alerta de posibles asaltos.
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