Hace casi exactamente un año que no escribo y la verdad es que además de que han sido falta de tiempo sobre todo han sido falta de ganas. 2017 fue particularmente un año digamos complicado; trabajo en exceso, enfermedades propias y ajenas y en general poca energía para escribir. Aunque no todo fue malo por supuesto.
Escribir un blog o llevar un «diario» parecería una actividad inútil en tiempos de microblogging, twitter, medium y otros medios de comunicación donde usualmente las personas sintetizan contenido porque simplemente vivimos en tiempos donde consumimos tanto contenido digital que no nos podemos dar el lujo de leer un buen artículo y preferimos lo fácil, algo así como cocinar en casa VS comida chatarra. Ojo, que no infiero con ello que sea escritor o mi contenido sea de alta calidad editorial pero es que se que la brevedad no es lo mio, aunque sigo trabajando en ello.
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