Y se llamaba Vincent. Hoy mientras escuchaba música para hacer ejercicio, comenzó una canción de Timo Maas, «Ready, steady go«. La verdad no soy fanático de la música electrónica o, como le dicen ahora EDM, pero esta canción siempre me recuerda una de las que considero, escenas más subestimadas de películas de accion más o menos contemporáneas: «Vincent«, un matón a sueldo, repartiendo golpes y balazos dentro de una discoteca.
El arquetipo de asesino a sueldo, frio, sanguinario pero sobre todo estóico, está perfectamente bien caracterizado por este personaje en esta película que pasó, tristemente sin pena ni gloria. La personalidad de «Vincent» combinada con la del personaje de Jamie Foxx, me parece que hicieron una sinergia perfecta. Humor negro no falta en el guión de esta película, solo hay que ver la escena del taxi y a Jamie Fox diciéndole a Cruise «You know what Vincent… Go fuck yourself!» y disfrutar de lo que sigue.
Y es que, aunque John Wick es un gran personaje, sin lugar a dudas, las posibilidades de que alguien así exista en la vida real obviamente son mínimas mientras que, las flaquezas y cotidianidad de los personajes y eventos en Collateral, mezclados con acción, hacen que esta historia dirigida por Michael Mann sea una más apegada a la realidad donde efectivamente podríamos algún día toparnos con un hitman como Vincent. Quizá por eso esta historia de ficción que se apega más a la realidad con personajes endebles, no se popularizó tanto pues, al fin y al cabo, la mayoría de las veces, buscamos en el cine ficción en la cual nos podamos escapar de nuestra realidad.
John Wick es un personaje clásico de historia de acción representando casi a un semi-dios. Vincent podría bien ser uno de esos personajes de historias al estilo de Tom Clancy que, aunque ficticios, se caracteriza por rasgos cotidianos y debilidades de un ser humano, claro, con habilidades especiales.
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