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Mi hijo (no) va a ser programador

Recuerdo en mis años de primaria que varios de mis compañeros iban los fines de semana a entrenar baseball. En Sonora, estado donde nací/crecí, este deporte es bastante popular y muchos de los papás de mis compañeros de salón eran aficionados de dicho deporte lo cual, naturalmente, heredaba la responsabilidad del gusto por dicho deporte a los hijos, quisieran o no. Algunos papás eran tan aficionados que, a pesar de que su hijo era malísimo, insistían en inscribirlos en las ligas infantiles. El clásico caso de los padres frustrados.

Siempre he pensado que muchas de las parejas que tienen hijos lo hacen por razones inherentes a la naturaleza humana; éxito personal, biológico y sobre todo por ego, casi casi, como un trofeo diciendole al mundo «Mira, este es mi mini-yo».

Y es que, uno de los comportamientos más comunes de los padres es tratar de heredarles (a huevo) los gustos y hobbies a sus hijos, aunque estos tengan personalidades completamente diferentes. Desde la mamá que soñó en el concurso de belleza y pinta y pone corona a la chamaca desde los 5 años y le fomenta estándares físicos hasta el papá machito que se aferra a que a su chamaco que le gusta dibujar se vaya de campamento con los amigos a llenarse de tierra.

Este es un tema del que he conversado con varias personas, quienes tienen hijos y quienes no. Y la gran mayoría me comentan que obviamente los papás van a influenciar, aunque sea, de manera indirecta, los intereses y actividades de sus hijos, lo cual es cierto. Si uno tiene hijos y se los lleva a caminar, a jugar fut, a la cocina cuando se está preparando la comida, etc. es probable que le tomen gusto, pero eso solo depende del carácter y personalidad de ellos mismos.

En Twitter encontré este mensaje el otro día que me hizo pensar precisamente en escribir este post:

Y da que pensar. Para mi es bastante triste querer llevar la agenda personal a los hijos pero sobre todo injusto pues va contra las reglas naturales del desarrollo personal, es decir, descubrir y adquirir gustos y costumbres por medio de la experimentación y no solo por influencia o dogma.

Y es que, si bien, uno puede educar a sus hijos como se le de la gana, es importante dejarlos explorar lo que, para uno, en edad temprana, romantiza y piensa que es grandioso y mágico. Yo por ejemplo, no tengo creencias religiosas, pero si mi pareja, o incluso mis hijos tuvieran algún comentario sobre Dios a los 5 años, no voy a darles una cátedra sobre porque no creo en dicha deidad, es demasiada información para una persona de esa edad, si mi hijo quiere pensar que Diosito está en el cielo cuidandolo, adelante, ya llegará la edad apropiada para compartirle mi criterio personal.

Entonces ¿Por qué ensañarse con inculcarle a nuestros hijos nuestras ideologías desde temprana edad? Si mi hija quisiera su cocinita para jugar por supuesto que se la compraría, no me voy a dejar llevar por los preceptos modernos de no fomentar lo que para muchos pareciera un acto misógino cuando en la mente de la pequeña simplemente pasa la idea de hacer las mismas actividades que sus otras amiguitas y descubrir el placer de la fantasía de las labores que un día se volveran reales y quizá no tan divertidas.

Por eso, cada que escucho a algún colega decir que están enseñando a sus peques a programar no puedo mas que sentir lástima por sus hijos, que quizá no tengan interés absoluto en dedicarse a lo mismo que sus padres.

Hay que dejar que las personas se desarrollen libremente y apoyarlas en sus intereses siempre y cuando estos sean sanos, claro está, aunque no vayan en paralelo a los propios. ¡Rayos! incluso podríamos hacer lo inverso e interesarnos y descubrir nuevos intereses y hobbies fomentados por los más chicos, quizá, en el proceso se vuelvan de nuestro propio interés y, lo más importante, fortalezcamos un lazo de identidad con ellos.

Publicado enCiencia y TecnologíaGeneralPolítica, Historia y Sociedad.

2 comentarios

  1. Jajaja yo de vez en cuando si los dejo que hagan juegos estilo Code.org y si pienso enseñarles, no para que vivan de eso, sino para potenciar otras habilidades como abstracción y resolución de problemas. Igual que si les enseñarás química o matemáticas.

    • Si bueno no tiene nada de malo enseñarles cosas, como lo comento, es obvio que los padres van a influenciar a los hijos pero creo que también se les debe dar la oportunidad de desarrollarse solos y ver que les atrae. Saludos Max!

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