Hace 4 años exactamente pasaban cosas por mi cabeza acordes a mi edad y personalidad: estaba en un trabajo estable, con un ascenso ya asegurado, lo cual significaba mejores ingresos y sus consecuencias positivas, una relación sólida con la mujer que amo y que ahora es mi esposa y tenía muchas ganas de comerme al mundo. Justo cuando sentía que estaba en un momento estable en mi vida en casi todos los aspectos me di cuenta de algo importante: era el momento de tomar un nuevo reto; abrir una empresa, en diciembre de 2009 decidí renunciar a mi nuevo puesto como project manager y no “dormirme en mis laureles”, era momento de probar suerte en ese mundillo de moda llamado emprendimiento y así lo hice.
Diciembre de 2013, 4 años después, he decidido terminar la aventura.
Motivación inicial
Pasé los primeros años de mi vida profesional pensando que debía esforzarme lo suficiente por adquirir experiencia laboral ya que mi experiencia académica fue menos que ideal. Una suma de circunstancias propias y ajenas (o sea, algo de valemadrismo propio y ajeno) me hicieron dejar la escuela justo cuando iniciaba mi carrera. Después de decidir que era casi imposible mantenerme con mis propios medios a mis 20 años y poder seguir en una universidad privada pensé que lo obvio era encontrar trabajo. Ni pensar en asistir a una universidad pública, aunque el costo es paupérrimo, comparado con universidades de Estados Unidos, por ejemplo, el hecho de no tener un horario regular de materias, lo cual es común en universidades públicas, me hizo considerar que esto tampoco era una opción, o sea que como decía el papa de un amigo “estás jodido”, palabras mas, palabras menos.
Siendo como soy, me sentí con una ventaja: soy una persona apasionada, realmente apasionada. Sabía que quería dedicarme a esta biznaga de la tecnología y además del interés tenía un poco de experiencia. Experiencia que adquirí por cierto con motivación temprana. Siempre fui autodidacta así que nunca vi mi falta académica como un obstáculo.
Así que puse manos a la obra, adquirí experiencia como programador a lo largo de varios años al estar entregado a varios proyectos que suponían retos, no solo para mi en un espectro técnico sino incluso para mis jefes o superiores. Quería ser parte de este tipo de proyectos y busqué siempre empleos donde realmente pudiera desarrollarme profesionalmente y no estar en una “zona de comfort”.
Casi 5 años después, y de vuelta a 2009 la vida pintaba bien, con todo y los problemas de violencia del país, y en especial del brote en Tijuana, disfrutaba de mi trabajo, mi relación y mi vida.
Ese mismo año, al inicio, había hecho propósitos, propósitos ingenuos como la mayoría hacemos con la adrenalina del nuevo año. Mis propósitos eran mayormente materiales: comprar un carro nuevo, de agencia, porque el traste en el que me movía ya me daba mas problemas que soluciones, viajar y en general llevar una mejorar calidad de vida. Todo parecía ir bien y sabía que si me esforzaba ese año podría cumplir mis metas al final. Incluso recuerdo haber pegado el panfleto (o flyer, para los menos letrados) del nuevo modelo de un SEAT Ibiza, carro que según yo tendría a final de año, y que me servía como motivación, motivación materialista quiza, pero motivación al final del día.
Llegó el fin de año, hubo junta general en la empresa y se definieron nuevos roles y puestos y con ello nuevos sueldos, yo estaba considerado, parecía que mis esfuerzos rendían frutos después de dos años en dicha empresa.
Corro con la noticia, feliz, y le platico a Yari, que tendría nuevo puesto y nuevo salario al iniciar el año. Acudimos esa misma semana a la agencia de SEAT y hago una prueba de manejo, hago una corrida de crédito, todo es perfecto, podría tener mi carro deportivo pronto y pagarlo, y sobre todo quitarle el pin al flyer de mi cubículo y tirarlo a la basura lo cual simbolizaba para mi una meta cumplida.
Pero aun con todos los “astros alineados” como dicen los que creen en Walter Mercado y la pulsera óptima, sentía que aun me faltaba algo, no sabía que, pero estaba seguro de que no estaba considerando algo importante.
Get a billion or die trying
Una noche de algún viernes helado de ese diciembre de 2009 encontré un video que parecía ser otro video más de una larga lista donde un “exitoso” fulano de silicon valley nos marea con chorizos de pitching, VC funding y demás términos de la jerga entrepeneurship tan de moda en ese tiempo con el éxito de twitter, facebook y la horda de aplicaciones web y redes sociales que parecían brotar como moscos después de una buena llovida, la llovida del capital de riesgo para las startups de tecnología, los moscos eramos los techies con sueños de grandeza, la lluvia provista eran los inversionistas. Este video de Dave Heinemeier, apellido casi imposible de pronunciar como el de ese señor ex gobernador de California que intentó matar a John Connor y después lo salvó, era diferente. Realmente diferente.
El video, titulado “The secret of making money online”, parte de una serie de conferencias llamadas “Startup school”, el cual recomiendo ampliamente que vean quienes aspiran a emprender en el mundo de la tecnología ya que sigue siendo igual de válido aun en estos días, me enganchó inmediatamente. Para los poco enterados David es uno de los fundadores de 37 signals, empresa de software mucho muy exitosa y además creador de una tecnología llamada Ruby on Rails, que es el “hype” del desarrollo web aun en muchos lugares y además una herramienta muy demandada por headhunters y gente de RH en el área de las tecnologías.
El video resumía perfectamente mis ideas y pensamientos sobre el mundo de los startups y del emprendimiento, sobre todo en el área de tecnología: existe un hype, o una necesidad, casi forzada, de crear empresas basadas en modelos de negocio pocos confiables, por decir lo menos, simplemente pensando que con dinero en capital de riesgo, e imitando productos similares, podremos ser los nuevos niños ricos de silicon valley, “get a billion, or die trying” como lo dice David haciendo alusión al frenesí tanto de inversionistas como de programadores en ese extraño ambiente empresarial ágil donde debes, por sobre todas las cosas, convertirte en la nueva empresa de tecnología que cotice en la bolsa.
Mi conexión con las palabras de este tipo fueron inmediatas, siempre había pensado, que como él decía, hacer un negocio solo por hacerlo llevaba al fracaso, no por experiencia adquirida, pero por simple deducción dé como muchos negocios, sobre todo los relacionados al social networking habían “levantado” millones de dólares en capital y al final se esfumaban después de pasar de moda, cosa que le estaba pasando precisamente a myspace por aquellos tiempos.
Y peor aun, estabamos en México, lugar donde no existía inversión de riesgo, al menos para mi, ni mucho menos era silicon valley, en México para montar un negocio en el cual se reciba inversión se debe atraer a quien mete la lana casi casi asegurandole que se hará rico, en mi país se comparten las utilidades, pocas veces los riesgos.
Así que estaba seguro que, además de lo discutido en el video sobre la subcultura de empresas de Internet, el mercado mexicano era diferente, muy peculiarmente en el área de software y servicios por internet, erroneamente llamado ahora por todos los snobs corporativos “la nube”. Si quieres que un producto de software sea exitoso en este país debes solucionar un problema, un problema específico de negocios. Pocos usuarios del “consumer world” usaran un producto en línea, el potencial mexicano para ello apenas despertaba y como todo en Internet, los usuarios lo esperarían de manera gratuita, ni pensar en que alguno pagara alguna suscripción.
La única manera de obtener ingresos bajo dicho modelo, como lo dice David en el video, es fácil: cobrar, es decir, yo ofrezco una solución que resuelve un problema que tienes y simplemente te cobro por ello. Algo que según sus palabras “ha funcionado desde el inicio de los tiempos”.
Así que tomé una decisión: tenía que emprender, había varias ideas rondando mi cabeza y sabía que había muchos problemas ahí afuera por solucionar, soluciones por las cuales por supuesto cobraría.
En unos días estaría por hablar con Alan, quien sería mi socio por unos años a quien, con más emoción y motivación que un plan de negocios, le platicaría de mi “visión” y de como debíamos dejar nuestros empleos y entrar al mundo del emprendimiento.
Empujado por estas ideas y sobre todo por una especie de ansiedad, sabiendo que debía “probar suerte” antes de tener más responsabilidades en mi vida (casarme, por ejemplo) renuncié a mi trabajo donde Alan me alcanzaría después, nacía nuestra nueva empresa.
12 consejos para aspirantes a emprender
Existen infinidad de artículos que hablan de como fundar una empresa, llamar la atención de inversionistas y crear un producto mágico que nos hará felices y millonarios. También existen muchos otros recursos relacionados con la planeación de un negocio.
Podría extenderme al infinito (cosa que convertiría este artículo en un TL;DR automáticamente) sobre mis experiencias durante estos 4 años administrando una empresa de software pero no considero estos factores relevantes, no por el momento. Lo que es importante es que fracasé en mi primer intento de ser empresario y emprendedor y es justo, necesario, saludable pero sobre todo honesto el resumir las circunstancias que para mi fueron las que me dieron éxito en un momento dado y que al final también propiciaron que, como dicen por ahí vulgarmente, “tirara la toalla”. Muchos hablan del éxito. Pocos quieren hablar de sus fracasos.
Así que aquí les muestro mis 12 consejos sobre emprendimiento:
1- Actuar rápido
Creo que el factor más importante de todos es este, tomar la decisión. Cuando decidí dejar mi empleo y dedicarme de lleno a una empresa propia sabía que no podía ser una responsabilidad a medias. Es cómodo y hasta cierto punto seguro tener un negocio “de lado” pero para mi simplemente no funciona. Y la razón es que ya había estado haciendo trabajo como freelance por varios años a la par de mi empleo fijo y además de ser cansado no es propicio para enfocarse en proyectos de alto impacto o mejor dicho proyectos propios.
Si decides emprender hay que hacerlo, directo y sin titubeos, salir de la zona de confort. Renuncié a tener algunas ventajas materiales en favor de aventurarme profesionalmente y no quedarme con la espinita de que hubiera pasado si no lo hubiera hecho.
2- Ten un plan dé negocios
Por más sencillo que sea nuestro producto o los servicios que prestaremos en nuestra empresa, es sumamente necesario tener un plan de negocio, es decir, tener certeza de qué es lo que esperamos obtener. Si bien no hay una formulita mágica sobre como hacer dinero y que en realidad nos asegure que funcionará, al menos debemos tener expectativas cimentadas y metas que nos sirven de métrica para saber si nuestra empresa es un negocio realmente y si estamos cumpliendo los propósitos.
3- Profesionaliza tú empresa
Si bien al iniciar un negocio es importante estirar al máximo los recursos económicos y no gastar en cosas innecesarias es también importante entender que debemos tener una imagen corporativa que impacte pero sobre todo que de seguridad a nuestros clientes. Invierte en esto, sobre todo porque estamos en un país donde este aspecto aun es muy importante. Aquí el ser un “whiz kid” solo es importante para tus project managers, no para tus clientes. Ten una oficina, invierte en un buen branding, registra tu marca, compra un dominio y no escatimes en tus tarjetas de presentación.
4- Esto no es silicon valley
Repite conmigo, varias veces: esto no es silicon valley. Hay que entender que por más impresionados que nos haya dejado la película del buen Zuckerberg no estamos en las mismas condiciones, ni económicas ni de recursos humanos. Tenemos poco dinero en el sector, o por lo menos una cantidad muy inferior a la que se inverte en otros países, al menos en el área de servicios que no son de primera necesidad, y si estás pensando en crear una empresa basada en servicios relacionados con redes sociales, entretenimiento o algun otro servicio interesante pero efímero entonces te tengo malas noticias.
Basa tu negocio en productos sustentables, es decir, como lo menciona David en el video, cobra por ello. Y como lo dije anteriormente, para que alguien nos pague debemos ofrecerle una solución a un problema real. No es tan complicado, solo hay que hacerlo un poco mejor que la competencia.
5- No te apasiones demasiado con tecnicismos.
En mi área en específico es común apasionarnos con la tecnología y no es algo malo como hobby personal, pero puede ser dañino para tu empresa, sobre todo si tu eres la cabeza de dicha empresa. A los clientes les interesan las soluciones y productos, no los términos, frameworks, lenguajes o tendencias. De nuevo, si vas a ofrecer un producto o servicio tu factor “wow” debe ser la manera en como solucionas deficiencias o requerimientos de tus clientes y no como aplicas la tecnología. Nadie te va a pagar por usar el top de estas tecnologías si no ofreces algo de valor encima de ellas.
6- Forma un equipo adecuado.
Desde tus socios hasta tus empleados, sin dejar atras el personal o consultores de apoyo. Hay que entender que tener socios es como cualquier otra relación. Las personas rara vez cambiamos nuestra manera de ser, así que debemos complementarnos y estar seguros, todas las partes, de que estamos de acuerdo con las ideas de la otra persona. Lo primordial es estar en el mismo canal y entender que debemos hacer lo mejor para la empresa y no para cada individuo de manera personal, al final del día esto es un negocio.
Por otra parte también es importante contar con un equipo de gente que entienda que tu negocio es un startup, aun cuando muchos aspectos de negocio van a ser mas conservadores y por lo tanto mas tradicionales tendrás muchas desventajas que otros negocios más establecidos no tienen. No se trata de pagar menos, o explotar a la gente, simplemente de encontrar personas comprometidas con tu empresa que además quieran crecer con ella y se sientan parte importante de la misma.
También considera los números y el papeleo. Cuando iniciamos el negocio, ni mi socio ni yo eramos buenos en contabilidad y administración, alguien nos tenía que ayudar. Apoyate en alguien porque aunque tu producto sea el mejor del mercado, con una mala administración no servirá de mucho.
7- Manten la motivación…
Esto no solo aplica para tus empleados, también para ti. ¿Para que trabajar en algo que haces a fuerzas? Debes tener pasión en lo que haces y transmitirla a tu equipo. Parte importante de esto es el punto 2 y el 6, es decir, para mantenernos motivados debemos ir cumpliendo pequeñas metas o compromisos, si no hay una métrica es muy difícil mantenerse motivado. El “ganar dinero” y sacar la nómina no será jamás motivación. También es importante que el equipo, o sea tus empleados, conozcan estas metas y se sientan comprometidos de manera que una vez que se alcanzan sientan que son útiles y parte esencial de la empresa.
Otro factor es el confort. Personalmente nunca limité demasiado las cosas en la oficina porque creía (y creo, aun) que los seres humanos somos animales por instinto y por lo tanto hacemos las cosas mejor cuando no nos sentimos forzados a hacerlas. Es importante que tu equipo sienta la responsabilidad y el compromiso por ellos mismos y no por reglas. Tener una oficina bonita, con mobiliario cómodo, un buen sueldo, prestaciones el equipo necesario y goodies de vez en cuando como la pizza pagada por la empresa los viernes puede ser un factor definitivo para no solo mantener a la gente en tu empresa sino que además hagan las cosas motivados.
8- …pero se disciplinado
Es muy fácil que una vez que tu negocio está funcionando tomes más libertades de las que deberías. Recuerda que aunque seas el propietario tienes más responsabilidad que todos los demás miembros de la empresa. Hay que tener disciplina para administrar y organizar adecuadamente la empresa y el trabajo y requiere a veces esfuerzo extra lo cual significará no salir quizá un sabado por la noche o llegar más temprano e irte más tarde que los demás. Si tu no lo haces nadie más lo hará.
También entender que aunque querramos tener un ambiente relajado en nuestro entorno de trabajo se debe tener responsabilidad. Jamás prohibí algo específico en la oficina y mucho menos monitoreaba las actividades de nadie, me parece poco ético, mis métricas de calidad de trabajo era lo que se entregaba, sin embargo, aprendí que esta “libertad” no es para todos y que se debe hacer entender a los empleados que, como el tio Ben decía “un gran poder conlleva una gran responsabilidad”, para mi, ese poder es la libertad, y la responsabilidad es no convertirla en libertinaje de manera que afecte el desempeño laboral.
9- Mantente enfocado
Me atrevería a decir que la razón mas grande de mi fracaso fue haber perdido el enfoque. Cuando inicialmente Alan y yo decidimos emprender fue porque teníamos la idea de desarrollar productos propios. Productos que, como ya he comentado, solucionarían problemas específicos, sin embargo, en una natural desesperación por obtener mejores ingresos cometimos el error que muchos de mis ex jefes me dijeron “no trabajar para alguien más”. Finalmente llegamos a un punto en el cual la consultoría externa nos consumía casi por completo y dejamos en “stand by” lo propio lo cual causó diferencias entre Alan y yo y que al final decidieramos tomar un rumbo diferente.
Aunque no me arrepiento de nada, creo que este es el factor más decisivo de haber decidido cerrar y replantear que es lo que estaba haciendo. En estos 4 años, si bien obtuve ingresos y varias personas vivimos de estos proyectos (incluso hasta me casé) al final no teníamos identidad como empresa, seguiamos siendo otra empresa mas de outsourcing y sabía como podía terminar: desmotivado y sin contratos, sumado que compites con una oferta bastante agresiva, sobre todo en esta región, de competidores con más capital y recursos que tu. Al final el emprendimiento fue puro aprendizaje y no dio frutos a manera de un producto.
10- Aprende a valorar tu trabajo
Es muy fácil caer en la tentación de cobrar barato para abrirnos mercado o bien para obtener ingreso fácil, sin embargo, esto te cobrará factura al pasar el tiempo. No es raro escuchar casos de proyectos donde el proveedor tuvo que poner dinero de su bolsa para sacarlo adelante, esto no es sano. Recuerda, esto es un negocio, y un negocio debe generar utilidades. Si después de tu costo operativo y de venta no tienes un porcentaje de utilidad entonces tu empresa NO es un negocio, estas trabajando gratis, pro bono dirían los abongangsters gringos, mejor regresa de empleado.
No debemos titubear ni tener miedo en cobrar. Si tenemos miedo al momento de cobrar quiere decir que no confiamos en lo que hacemos. Siempre lo he dicho: ¿Por qué cuándo voy al médico no le regateo la consulta? Bueno el es un profesional, sabe lo que cuesta su trabajo, tu debes hacer lo mismo, no estas en un mercado sobre ruedas vendiendo cosas de segunda, estás vendiendo tu tiempo, que es valioso, para ti y para los tuyos, no lo malbarates.
Por otra parte es importante especializarte, no le “tires a todo” se bueno en algo específico, se un experto en una rama de tu profesión porque quienes son especialistas se cotizan mejor.
Es difícil no tener trabajo y no tener dinero, pero es más difícil tener trabajo y no tener dinero, es como ser un esclavo. No seas esclavo de tus clientes y no desesperes si alguien no valora tú trabajo entonces no vale la pena como cliente, será tóxico para tu mente y para tu empresa.
11- No tengas miedo.
La mayoría de las personas que alguna vez han querido emprender y no lo hacen es por miedo. Miedo a fracasar en el objetivo principal, miedo a no tener ingreso suficiente, miedo a no tener para pagar la nómina, miedo a no tener para mantener costos operativos, miedo a no vender, etc.
Inevitablemente habrán situaciones difíciles en el camino. Cuando iniciamos la empresa trabajamos el primer año desde casa. Decidí que mi cuarto no era la mejor oficina y que debíamos obtener un local cómodo donde trabajar. El miedo siempre estuvo acompañandonos porque si a veces no sacabamos para gastos personales como haríamos para solventar una oficina. La respuesta fue haciéndolo. De alguna manera se logró. El no tener miedo en obtener mejores clientes y cobrar lo justo nos llevó a una segunda consecuencia positiva: tener ingreso para rentar oficina, mejorar el equipo y contratar gente.
Nada es seguro en esta vida, ni siquiera la vida, y aunque habrá mas cosas de las cuales te preocupes como emprendedor, como empleado no estás exento. Te pueden despedir también, te puedes enfermar o una serie de cosas desafortunadas.
Emprender no es para todos, definitivamente, tendrás que renunciar a muchas cosas pero la más importante, tendrás que renunciar al miedo al fracaso.
12- Saber cuando retirarse
Y el último y más importante consejo: hay que saber cuando “tirar la toalla”. No se trata de ser negativos, o pensarse derrotado, sin embargo es importante ser consciente y entender que si en un tiempo considerable no cumplimos los objetivos de la empresa entonces debemos darle vuelta a la página.
El “retirarse de la carrera” muy tarde es tan nocivo como hacerlo a una edad temprana de tu negocio: problemas legales, deudas y agotamiento físico y mental. Debes tener siempre considerado un plan de “salida” y ejecutarlo cuando los números no estén dando los resultados esperados.
Es difícil aceptarlo, pero es necesario. ¿Cuándo se debe uno retirar? Solo tú lo sabrás personalmente.
The Gustav Rises!
No he decidido darme por vencido. Aunque a veces no transmita una energía radiante de positivismo al rededor siempre he sido una persona que le gustan los retos. Cuando decidí emprender sabía que era un reto y que tendría consecuencias y bueno, es duro aceptar el fracaso pero es peor no hacerlo.
Aun tengo varios proyectos en mente, sobre todo de productos. He recibido varias ofertas para trabajar fuera de Tijuana, sobre todo en Estados Unidos, y he estado tentado a hacerlo, pero aun, prefiero concretar y ejecutar alguno de estos productos. Desgraciadamente ya no podré hacerlo auto financiándolos con la empresa así que a partir de este lunes 16 de diciembre me reintegro al mundo laboral.
Ya vendrán mejores tiempos y se que esto es parte del aprendizaje. Pocas veces se es exitoso en el primer intento, no veo porque tendría que haber sido yo la excepción. Por lo pronto me dedicaré más tiempo y pensaré con más calma el futuro.
Así que, a todos los que fueron parte de esta aventura directa o indirectamente, gracias totales!
Enorme…
Bien Gus… mucho gusto saber que sigues avanzando y disfrutando el camino de la vida, sin desperdicio y sin desaprovechar nada, a lo mas adverso se le encuentra algo bueno y provechoso, y esta no es la excepción, ahora subes un peldaño mas de la escalera y desde ahí puedes ver y disfrutar mas, e igual que siempre seguramente pronto pisarás el siguiente. Saludos…!
Tan inspirador, todo un ejemplo y puedo decir que tengo el orgullo de conocerte, de haber cotorreado contigo en tus oficinas, y farewell que vienen cosas mas importantes.
Éxito mi Hermano!
Mucha suerte.
Te felicito Gustavo! Siempre has sido perseverante y no dudo, ni jamas dude de tu capacidad intelectual! Se q lo vas a lograr y te lo deseo de todo corazon.
Pd.Jamas voy a olvidar que vi por primera vez «Matrix» contigo y yo lo comprendi 2 años despues jaja!
Mucho Exito! Tu amiga Dalia .
bueno complire 18y tengo muchos proyectos pero nadie me apoya, pero no importa aun soy joven y espero lograrlo no importa que fracase no tengo mucho que perder ,Gracias por los consejos los tomare en cuenta
Excelente post Gustavo!
Te entiendo en todo lo que describes, personalmente lo estoy viviendo con mi «empresa», aunque de lejos, pero estoy totalmente de acuerdo con lo que dices.
Exito dude!
cuidate!
un abrazo!
Gracias Frank. No es imposible, aunque llevar un negocio de lejos no es algo que esté en mi experiencia pero igual te deseo éxito con 686 y cualquier otro proyecto que traigas 🙂 Un abrazo hasta la tierra de Kobain!