Saltar al contenido

¿Deseas suscribirte al blog y recibir mis últimas actualizaciones? Haz click aquí.

Autor: gustavo

Desarrollador de software, emprendedor y amante de la música

Ya teníamos un John Wick

Y se llamaba Vincent. Hoy mientras escuchaba música para hacer ejercicio, comenzó una canción de Timo Maas, «Ready, steady go«. La verdad no soy fanático de la música electrónica o, como le dicen ahora EDM, pero esta canción siempre me recuerda una de las que considero, escenas más subestimadas de películas de accion más o menos contemporáneas: «Vincent«, un matón a sueldo, repartiendo golpes y balazos dentro de una discoteca.

Deja un comentario

Bailar sobre las cenizas de los cuerpos

Les decían «chalinillos» y mi madre no nos dejaba juntarnos con ellos. Nuestros vecinos, claramente eran «diferentes a nosotros«, con sus botas piteadas o huaraches y sombreros. Así como un «caifan» a principio de los 90’s era un término despectivo para referirse a lo que debiera ser un vago rockero, un chalino o «macuarro» era la definición del sombrerudo, gritón y escandaloso con una actitúd particularmente desafiante. Nadie los quería, ni debía quererlos, pero mi hermano, y yo, a mis 6 años, no sabíamos nada de estratos sociales.

Deja un comentario

La paradoja de la elección

Hoy después de una larga jornada laboral me hice cena y me eché a ver la TV. Este Viernes se estrenó la temporada número 3 de Narcos: México y aproveché para ver un capítulo. La verdad es que tenía meses que no miraba o seguía alguna serie. Recientemente me dí «permiso» y comencé a ver también Brooklyn 99 que por cierto me parece maravillosa; comedia ligera (al estilo Big Bang Theory) si uno solo tiene ganas de «despavilarse«. Aunque no soy fan de estar pegado al televisor, tengo una inmensa lista de cosas que genuinamente quisiera ver pero, por falta de tiempo, no las he visto… o al menos eso creía.

Deja un comentario

Choose (modern) Life

Choose… designer lingerie, in the vain hope of kicking some life back into a dead relationship. Choose handbags, choose high-heeled shoes, cashmere and silk, to make yourself feel what passes for happy. Choose an iPhone made in China by a woman who jumped out of a window and stick it in the pocket of your jacket fresh from a South-Asian Firetrap. Choose Facebook, Twitter, Snapchat, Instagram and a thousand others ways to spew your bile across people you’ve never met. Choose updating your profile, tell the world what you had for breakfast and hope that someone, somewhere cares. Choose looking up old flames, desperate to believe that you don’t look as bad as they do. Choose live-blogging, from your first wank ‘til your last breath; human interaction reduced to nothing more than data. Choose ten things you never knew about celebrities who’ve had surgery. Choose screaming about abortion. Choose rape jokes, slut-shaming, revenge porn and an endless tide of depressing misogyny. Choose 9/11 never happened, and if it did, it was the Jews. Choose a zero-hour contract and a two-hour journey to work. And choose the same for your kids, only worse, and maybe tell yourself that it’s better that…

Deja un comentario

Una historia de ghosting y humildad

Cuando salí de Conekta en Diciembre de 2019, poco sabía como iban a cambiar nuestras vidas tan solo en unos meses. Salí decidido a volver a emprender y en el «inter» iba a freelancear o dar consultoría, lo cual hice algunos meses hasta que me dí cuenta que la situación de la pandemia iba a ser larga por lo cual decidí que no era el momento adecuado y buscar empleo formal de nuevo. Comencé a contactar empresas y como era de esperarse, en varios de los procesos me dejaron «tirado» o lo que se conoce como ghosting.

Deja un comentario

El que no enseña no vende, y el que no miente tampoco

Viajes a Dubai y a Miami, autos deportivos BMW, camionetas de lujo Mercedez Benz, bolsas Chanel y Louis Vuitton, relojes Rolex, todo esto, claro, «modelado» por personas atractivas y con cuerpo de gimnasio. La mercadotecnia de los «influencers» y las celebridades de Internet es la manera en que ahora se nos venden productos, ideas y cultos sin embargo, el factor clave, y del que me gustaría hablar hoy, es la mentira. La mentira de un estilo de vida inexistente e inalcanzable que, mezclada con la desesperación, necesidad o, la mayoría de las veces, ambición y holgazanería del consumidor, se vuelve en un negocio inmoral y peligroso no solo para los bolsillos sino para la salud mental.

Deja un comentario