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De facebook, privacidad y doble moral

La noticia de que Facebook comparte datos privados de los usuarios con fines lucrativos se esparció como pólvora la semana pasada. Resulta que según un artículo de Wall Street Journal, las llamadas y tan de moda redes sociales comparten datos del perfil del usuario como nombre, edad y localización geográfica con compañias dedicadas a la publicidad, esto, al parecer, enardeció a la opinión pública y usuarios de estos servicios que ya de por si estaban molestos con los cambios de políticas de privacidad de empresas como facebook.

Desde que Internet se volvió un medio indispensable para el entretenimiento muchas personas están preocupadas con el tema de la privacidad: ¿Quién tiene mi información?, ¿Es seguro tener esta información en la web?. La realidad de las cosas es que una ves que hemos «subido» algun dato a la red debemos de estar consientes que estará ahí  por quien sabe cuanto tiempo y en manos de sabrá Dios quien.

Para mi, como les digo a mis allegados, la mejor forma de proteger nuestra privacidad es simplemente no dar datos sensibles. Si bien las empresas que ofrecen servicios de redes sociales y comunidades como facebook y myspace, por citar algunos, siempre han prometido no darle un mal uso a nuestros datos, también es cierto que existen contratos o políticas de dichas empresas que, al igual que el manual de nuestro DVD, no leímos. Una de las razones por las que yo uso facebook es para estar en contacto con gente que no vive en la misma ciudad que yo, ver sus fotos, o dejar mensajes, nada mas, pero existen usuarios que olvidan que estos sitios son de alguna manera públicos y no «malician» el hecho de que muchas personas pueden usar esa información con otros fines.

Sucede que, al igual que cuando recibimos una llamada telefónica tenemos la responsabilidad de ser precavidos, al usar las redes sociales debemos de tener cuidado con la información que subimos. Cuando uno recibe una llamada y nos preguntan «¿Quién habla?» lo primero que la mayoría responde es «¿Con quién desea hablar?», bueno, el Internet no es muy diferente, si bien la herramienta existe, uno debe usarla con precaución. Si utilizamos el teléfono con precaución ¿Por qué no hacer lo mismo con la red? Esto, claro está, para evadir en lo posible consecuencias trágicas como robos y secuestros.

Lo anterior es simple responsabilidad del usuario; saber a quienes acepta como amigos o contactos, con quien comparte sus fotos, jamás publicar teléfonos ni direcciones físicas y sobre todo ser prudente con la bitácora de actividades que compartimos con los demás porque así como el caco de la cuadra que está al pendiente de nuestras horas de salida de casa para entrar a robar, así puede estar al pendiente una persona en la red estudiando nuestros movimientos para hacernos daño ¿Solución? Cuida los detalles, evita dar horarios de salida, lugares que frecuentas, etc.

Aunque cuidarse de ser secuestrado por medio de facebook puede ser paranoico (para mi lo es) la controversia que se generó por el caso de facebook fue mas bien por cuestiones de lucrar con nuestros datos. Cuando facebook le facilita nuestra información a empresas de publicidad, estas últimas utilizaran dicha información estadística para enviarnos correos publicitarios o mostrarnos publicidad relacionada con nuestras preferencias. Si por ejemplo, tenemos en facebook un album de nuestras vacaciones en Cancún, probablemente cuando visitemos el sitio nos aparezca publicidad relacionada con hoteles, vuelos, etc.

Si bien puede parecer que cuando una empresa «vende» nuestros datos es algo falto de ética, también hay que recordar que este es un servicio gratuito, igual que twitter, myspace, youtube, google, etc. La única manera de financiar estos monstruos de Internet es con dinero, y ese dinero proviene de la publicidad. Resulta gracioso además que muchos usuarios luchan contra esta falta de ética o moral de las grandes corporaciones que nos ofrecen gratuitamente estos servicios cuando esos mismos usuarios descargamos ilegalmente música, películas o software por el cual no pagamos.

¿Estoy a favor de estas nuevas políticas? Por supuesto que no, pero para eso prevengo este tipo de situaciones utilizando estos servicios como puro entretenimiento y sin dejar que afecten «la vida real» que esta fuera de nuestras computadoras y teléfonos y me parece curioso que la horda de defensores de los derechos y la privacidad en Internet son muchas veces los mismos que tiraron el papelito en la calle, se pasaron el alto o dieron su mordida. También son los mismos que abrieron una cuenta en facebook sin leer las políticas del servicio, y los mismos que después de un año de usar una tarjeta de crédito sin haber leído las condiciones y asesorarse con alguien terminaron pagando una cantidad exagerada de intereses. Como dicen pues «No tiene la culpa el indio, sino el que lo hace compadre».

Publicado enCiencia y TecnologíaFrustracionesPolítica, Historia y Sociedad.

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